martes, 9 de septiembre de 2008



HACER CIUDAD

A pesar de lo que algunos piensen el urbanismo no solo sirve para estropear el medioambiente (nunca supe distinguir con claridad donde esta, o que es y que no es el medioambiente), o para que algunos se enriquezcan por encima de lo normal, (se me ocurre que un día tengo que escribir: ¿porque las plusvalías que genera un suelo por cambiar su clasificación o calificación van a parar a bolsillos particulares, y no va destinado directamente a lo publico, que es quien hace el cambio?, ... otro día), también sirve para intentar ordenar un suelo y convertirlo en ciudad (La Conferencia Europea de Estadística de Praga considera como ciudad una aglomeración de más de 5.000 habitantes siempre que la población dedicada a la agricultura no exceda del 25% sobre el total. A partir de 20.000 habitantes, todas las aglomeraciones se consideran ciudades, siempre que éstos se encuentren concentrados, generalmente en edificaciones colectivas y en altura, se dediquen fundamentalmente a actividades de los sectores secundario y terciario -industria, comercio y servicios-), o en su caso en pueblo.

Hasta ahora las herramientas que nos da la Ley para ordenar un suelo ya clasificado son pocas, aunque suficientes: el Plan Parcial, el Plan Especial y un poquito el Estudio de Detalle, pero las mas importantes son las dos primeras; el dato exacto no lo tengo habrá que preguntar en el Colegio de Arquitectos o en la Junta de Andalucía pero en números gordos posiblemente en la Provincia de Málaga en los últimos 20 años se hayan aprobado definitivamente y ejecutados alrededor de 120 planes parciales y peris (de los 100 municipios tan solo unos 40 tramitan planeamiento y que menos que 3 planes por municipio), y estoy plenamente convencido que todos se ajustan a la Ley, es decir tienen sus reservas de zonas verdes y equipamientos y viales indicados en los estándares que antes el Reglamento de Planeamiento y ahora la LOUA les demanda, pero cuando paseo por estas nuevas zonas de ensanche de la ciudad no suelo observar vida en sus calles y ese extremo me alarma, no se si el fallo esta en la poca delicadeza en el diseño que imponen los arquitectos (e ingenieros de caminos), o el excesivo cuerpo legislativo a que se ven sometidos olvidando el lado humano del documento que ha de convertirse en un trocito de ciudad.

Esta vida que demando, la noto cuando paseo por el centro de Málaga, ó Vélez, ó hasta en Periana, en zonas que no tienen (lamentablemente) ni equipamientos, ni zonas verdes ni tan siquiera viales con un ancho adecuado, pero que sin tener de nada, parece que tienen de todo, y es precisamente esa fuerte mixtura de usos las que las hace (a mi juicio) mas vivas y apetecibles de pasear y vivir.

Hay planes generales que al definir la ordenanza de viviendas unifamiliares adosadas impiden que las hileras de estas casas superen cierto número (acertadamente), parece que es tan solo el primer escalón de una gran escalera y que o bien se apuesta normativamente por impedir un monocultivo de una tipología concreta de casas o naves industriales o exigimos a nuestros diseñadores un poquito mas de cariño cuando piensen en estos documentos que también son importantes y ahora que parece que la arquitectura esta apostando por un diseño mas cercano a la persona, habría que pensar que el urbanismo no se tan solo el decir por donde van las infraestructuras de un suelo dejando en las esquinas un suelo con el nombre de zona verde, cuando aquí todos sabemos que las zonas verdes son pardas.

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