domingo, 28 de septiembre de 2008


RENACER

Soy de los que piensa que es absolutamente necesaria una buena ley o en su defecto normas que articulen y posibiliten la redacción de algún tipo de documento para que sobre un suelo concreto se encuentren regulados los usos posibles e intensidades de los mismos, lo que no tengo tan claro es si el sistema actual de planeamiento es el mas acertado.


El momento (desgraciadamente) acompaña, porque no hay nada mejor que una crisis para pensar como pretendemos que crezca un territorio, ya que viene a ser como un día de lluvia en el que estas detrás de la ventana mirando a la calle pensando en lo que harás el día que deje de llover pero sabedor que esa tarde la vas a pasar en casa, y esperando por supuesto que deje de llover lo antes posible.


Pienso que el modelo de planeamiento municipal con una vigencia en el tiempo tan amplia como los que actualmente se están redactando (8 a 16 años) esta desajustado ya que la sociedad crece con mayor rapidez que lo que tarda la administración en promover una modificación y ajuste a la realidad de este documento, lo que lo hace pesado y falto de reflejos con lo que no es el instrumento adecuado. Son documentos demasiado pesados (tanto en kilos de papel como en información y determinaciones).


Habría que promover documentos mas territoriales, mas semejantes a los actuales planes de ordenación territorial por comarcas naturales con unas pocas directrices pero que sean a su vez claras y contundentes, para que los ayuntamientos no tengan la necesidad de promover estos pesados planes generales, ya que no nos olvidemos el objetivo no son buenos planes generales sino un territorio coherente y ordenado.


Estos documentos (llamémoslos municipales) tiene que ser mas inmediatos y dinámicos, para lo cual una vez sorteado esta planificación territorial-comarcal no se tenga que volver a sufrir nuevas penurias administrativas.


No solo soy yo quien últimamente piensa que los planes generales actuales no sirven para nada sino que la situación actual empieza a darme la razón al no tener ninguno aprobado por la cantidad de trabas y trampas de ultima hora que se ponen a los Ayuntamientos haciéndoles desistir de su empeño (con el elevado coste tanto político como económico que supone la redacción de un plan general).


La pena es que la administración que debe de hacer planificación territorial que es la Junta de Andalucía no solo no la hace, sino que para colmo lo poco que hace lo hace mal, sirva como ejemplo la poca (nula) participación que tienen los municipios en esta toma de decisiones, o la falta de un criterio medianamente coherente entre los distintos documentos que últimamente se atreve a pergeñar.

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